Soy un abogado ambicioso. Ella es una repartidora de pasteles.
No puedo creer que me hayan hecho su niñera.
Después de una década de largas horas y trabajo sin parar, me eligieron para convertirme en socio. Estoy tan cerca que puedo saborearlo.
¿La única trampa? Primero, necesito cuidar a la sobrina de nuestro mayor cliente mientras ella lanza su negocio de pasteles en nuestro edificio.
Ella piensa que los abogados con exceso de trabajo son la multitud perfecta para chispas y azúcar.
Yo creo que es una maldita pérdida de tiempo.
Pero he trabajado muy duro para esta promoción, y no dejaré que esta chica me descarrile ahora. No con sus travesuras, ni con sus pasteles, ni con sus sonrisitas burlonas.
Sí, ella es dulce y bonita. Sí, ella hace que mi frío y muerto corazón se acelere en mi pecho.
Pero ella es una distracción. Eso es todo.