Iris se despertó una mañana pensando que sabía exactamente cómo iba a ser su día.
Pero ser secuestrada y sacada de contrabando del país no formaba parte del plan.
Ahora ella y el musculoso mercenario están confinados en un tren con una cama solo lo suficientemente grande para uno.
Dutch fue contratado para hacer un trabajo, pero las cosas se complicaron.
Un comentario descarado le ha hecho caer de rodillas, y ahora está dispuesto a hacerla suya.